El discurso, emitido por la televisión local, es el primero que hace un líder norcoreano desde la muerte de Kim Il-sung (su abuelo). Kim Jong-il prefería difundir sus mensajes al pueblo a través de periódicos.
"Para poner fin a la división del país y alcanzar su reunificación es importante eliminar la confrontación entre el Norte y el Sur", dijo Kim, añadiendo que la historia de las relaciones entre los dos países, que oficialmente no han conseguido la paz, indica que la confrontación solo lleva a la guerra.
Las palabras del líder norcoreano deberían interesar a su vecino, ya que Park Geun-hye, la presidenta electa en diciembre de Corea del Sur, expresó su intención de mejorar las relaciones con Pyongyang y hasta supuso la posibilidad de un encuentro con el mandatario del norte, aunque ha dejado claro que por el momento sigue viendo a Pyongyang como una amenaza y pone la seguridad nacional por arriba de la política de amistad con su vecino.
Además de hablar sobre la necesidad de cambios políticos, Kim Jong-un prometió que el año 2013 sería un año de cambios económicos y llamó a la nación a aplicar un gran esfuerzo para "construir un gigante económico", sin mencionar los métodos para que este país económicamente aislado lo consiga.
Sin embargo, la orientación al desarrollo económico no significa el abandono de la política militar, destacó en su discurso Kim, que en su primer año al poder desplazó a varios miembros de la élite militar, aunque mantuvo el programa militar de su padre. El programa nuclear no fue mencionado en el discurso del líder, pese a los rumores de que Corea del Norte se está preparando para un ensayo de ese tipo.
El tono general del discurso del líder norcoreano es bastante positivo, cree Yang Moo-jin, profesor de la Universidad de los Estudios Norcoreanos en Seúl: "Podría señalar reformas económicas limitadas y además envía un mensaje al próximo presidente de Corea del Sur sobre el deseo de mejorar las relaciones".
Este año Corea del Norte se ha sumado a la celebración del Año Nuevo después del luto tras la muerte de Kim Jong-il el año pasado. Según un informe de la agencia de noticias norcoreana KCNA, el mandatario empezó el año acudiendo con su esposa a un espectáculo musical, en el que también estaban presentes los oficiales, diplomáticos y científicos que contribuyeron al lanzamiento del satélite norcoreano en diciembre.