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Tierra de nadie: la tragedia de los habitantes de un barrio israelí en Palestina
La postura agresiva de Israel sobre el tema de los asentamientos en realidad afecta tanto a palestinos como a hebreos. Esto se evidencia entre los habitantes de un barrio de Jerusalén Este, en donde hay familias que quedaron divididas por un muro israelí.
Por su parte el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, asegura que el movimiento Hamás podría hacerse con el control de varias áreas de la Autonomía Palestina en cualquier momento. Netanyahu, además, se niega a reconocer el rol contraproducente de la expansión de las construcciones hebreas en Jerusalén y Cisjordania en las negociaciones con los palestinos.
El barrio Kafr 'Aqab alberga a un gran número de familias, a pesar de que no le pertenece a nadie ya que técnicamente forma parte de la Jerusalén judía pero en realidad se encuentra en el lado palestino, detrás del muro que construyó Israel.
Esto hace que en ocasiones miembros de una misma familia se vean obligados a separarse, quedando divididos por la barrera israelí de Cisjordania. Como una parte de este barrio pertenece a Jerusalén y la otra a Cisjordania, los israelíes y palestinos que viven en esta zona no pueden trasladarse libremente dentro de su propio municipio.
Así sucedió en el caso de Suhair y Safuan. "Mi marido es de Hebrón y yo soy de Jerusalén. Encontré trabajo en Jerusalén y allí viví con mis hijos pero sin mi marido porque no se le permitía vivir allí. Él no pudo visitarme ni una sola vez, y así vivimos durante cuatro años", relata Suhair Zughaiyer, una residente de Kafr 'Aqab.
Suhair y su esposo Safuan llegaron a vivir en dicho barrio hace seis años con sus tres hijos. Y así hay otras dos mil parejas como ellos. Pero la vida en su barrio está lejos de ser ideal. La basura es recogida solo una vez a la semana y la población carece de agua potable. Suhair además es una mujer mayor y a menudo tiene recaídas de salud y en esos casos acceder a los servicios médicos representa todo un problema.
El Estado de Israel no siempre cumple con sus obligaciones ante los ciudadanos. Los residentes de Kafr'Aqab pagan sus impuestos pero al encontrarse parte de su barrio detrás del muro, los servicios correspondientes no siempre llegan a sus calles a tiempo.
A estos problemas se suma el acceso a internet, que es bastante limitado ya que las compañías palestinas no tienen permiso para instalar líneas de internet en las llamadas 'áreas israelíes'.
El barrio Kafr 'Aqab alberga a un gran número de familias, a pesar de que no le pertenece a nadie ya que técnicamente forma parte de la Jerusalén judía pero en realidad se encuentra en el lado palestino, detrás del muro que construyó Israel.
Esto hace que en ocasiones miembros de una misma familia se vean obligados a separarse, quedando divididos por la barrera israelí de Cisjordania. Como una parte de este barrio pertenece a Jerusalén y la otra a Cisjordania, los israelíes y palestinos que viven en esta zona no pueden trasladarse libremente dentro de su propio municipio.
Así sucedió en el caso de Suhair y Safuan. "Mi marido es de Hebrón y yo soy de Jerusalén. Encontré trabajo en Jerusalén y allí viví con mis hijos pero sin mi marido porque no se le permitía vivir allí. Él no pudo visitarme ni una sola vez, y así vivimos durante cuatro años", relata Suhair Zughaiyer, una residente de Kafr 'Aqab.
Suhair y su esposo Safuan llegaron a vivir en dicho barrio hace seis años con sus tres hijos. Y así hay otras dos mil parejas como ellos. Pero la vida en su barrio está lejos de ser ideal. La basura es recogida solo una vez a la semana y la población carece de agua potable. Suhair además es una mujer mayor y a menudo tiene recaídas de salud y en esos casos acceder a los servicios médicos representa todo un problema.
El Estado de Israel no siempre cumple con sus obligaciones ante los ciudadanos. Los residentes de Kafr'Aqab pagan sus impuestos pero al encontrarse parte de su barrio detrás del muro, los servicios correspondientes no siempre llegan a sus calles a tiempo.
A estos problemas se suma el acceso a internet, que es bastante limitado ya que las compañías palestinas no tienen permiso para instalar líneas de internet en las llamadas 'áreas israelíes'.
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