A sus 50 años, el Vicepresidente de la República Bolivariana de Venezuela y canciller del país, Nicolás Maduro, asume el reto de sudecer a Chávez.
Los orígenes de su sendero político se remontan a su más temprana juventud. Apenas terminado el bachillerato, empezó a trabajar de conductor y luego fundó el sindicato del metro de Caracas. Ya en los años 90 se sumó al Movimiento Bolivariano Revolucionario de Venezuela, fundado por Hugo Chávez.
Maduro colaboró con el movimiento durante la campaña presidencial de 1998 en la que Chávez alcanzó por primera vez la Presidencia de Venezuela.
En el año 2000 fue elegido diputado para la Asamblea Nacional de Venezuela que redactó la nueva carta magna del país. Maduro fue reelegido en las elecciones legislativas de 2005, siendo designado poco después presidente del parlamento.
El canciller que tendió puentes al mundo
En 2006 dejó de presidir el Parlamento a instancias del presidente Chávez para ingresar en el gabinete ministerial como cabeza del Ministerio del Poder Popular para los Asuntos Exteriores, sustituyendo al entonces canciller Alí Rodríguez Araque (hoy Secretario General de la Unasur).
Durante su gestión como canciller, Maduro contribuyó a tender puentes que estrecharon los vínculos del gobierno de Chávez con muchos países. Concretamente participó de forma activa en la firma de acuerdos bilaterales con China, Rusia e Irán, así como en el ingreso de Venezuela en Mercosur.
Gran 'química' con Chávez
Su designación como posible sucesor del presidente venezolano no ha sido una sorpresa, dada la buena sintonía entre ambos políticos, que viene de muchos años atrás.
Su compenetración era evidente y notoria. Más allá de esta relación amistosa, los expertos señalan a Maduro como una de las figuras más carismáticas entre los partidarios de Chávez.
La relación entre Chávez y Maduro trasciende lo meramente profesional. Su amistad y complicidad se vislumbró, por ejemplo, cuando el presidente se permitió gastarle una broma, felicitándolo por bajar "algunos gramos" tras compartir una dieta que le pusieron los médicos durante los tratamientos a los que el mandatario se sometió en Cuba. La respuesta no fue otra que una sonrisa.
Su grado de unión llevó al propio Chávez a depositar toda su confianza en Maduro. Sin embargo, varios analistas creen que no todas las fuerzas políticas de Venezuela apoyan la candidatura de Maduro como posible líder del país.
Maduro ha sido uno de los pocos miembros del ejecutivo que estuvo en La Habana junto a Hugo Chávez cuando éste se sometió al primer ciclo de tratamiento contra el cáncer (que le fue diagnosticado en el verano del 2011). Ahora, sobre los hombros de este hombre de confianza de Chávez recae la mayor responsabilidad para un político: tomar las riendas de su propio país.
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