El mandatario sirio ha planteado este domingo en un mensaje televisado a la nación el denominado 'Plan de reconciliación'. Este incluye cinco puntos principales:
- Las fuerzas foráneas deben dejar de armar y financiar a "los grupos terroristas".
- Deben finalizar las "operaciones terroristas".
- El Ejército, a su vez, abandonará los operativos militares, aunque conservará el derecho a defender los intereses del Estado.
- El Gobierno se pondrá en contacto con los "individuos y partidos políticos sirios" y convocará una conferencia para impulsar un diálogo a nivel nacional.
- La conferencia tendrá que elaborar el texto de una nueva Constitución y presentarlo para un referéndum popular. Después de eso en el país tendrán lugar elecciones parlamentarias.
El presidente sirio lamentó los sufrimientos de la gente durante el conflicto. Prometió una amnistía general para los detenidos e indemnizaciones a las víctimas.
Al mismo tiempo, insistió en que la situación actual en Siria no es una revolución, sino un conflicto impuesto desde afuera: "No es nada parecido. Una revolución necesita intelectuales. La revolución está basada en conocimiento y no en ignorancia. Tiene que estar a favor de la gente, no en contra de ella".
Al Assad acentuó que en las negociaciones de pacificación no participarán "los títeres de Occidente": la gente que "ha traicionado a Siria" y tiene ideas "terroristas". Les calificó de "enemigos de Dios" y destacó su brutalidad. Les acusó de impedir a los niños del país recibir una educación y de robar comida de los ciudadanos. Insistió en que el país no aceptará nunca el dictado de Occidente, que quiere privar a Siria de la influencia que tiene en la región. Llamó a todos los ciudadanos a proteger el país con todos los métodos a su alcance. En su discurso Al Assad agradeció también a Rusia, China e Irán por el apoyo que habían prestado a Siria.
A pesar de este plan de reconciliación, el Departamento de Estado de EE.UU. sigue insistiendo en que el líder sirio debería renunciar Para la portavoz, Victoria Nuland, la iniciativa “está desconectada de la realidad”, mientras que el discurso de Assad "es otro intento del régimen para aferrarse al poder y no hace nada por el objetivo del pueblo sirio de lograr una transición política”.
En la misma línea se expresó el presidente de Egipto, Mohamed Morsi, que insistió en la necesidad de que el presidente sirio abandone el poder y pidió que sea juzgado ante el Tribunal Penal Internacional por crímenes de guerra por su papel en el conflicto sirio, que se ha cobrado, según la ONU, ya la vida de más de 60.000 personas en casi dos años.