“Claramente, esto parece ser el primer escalón de una participación directa de Occidente en este conflicto”, opina el periodista internacional Flavio Signore. Agrega también que la OTAN ya tiene la capacidad para penetrar al menos unos 100 kilómetros más allá de la frontera nacional siria.
Según el analista, Occidente no tiene ninguna intención de encontrar otra solución al conflicto sirio que no sea una intervención armada. EE.UU. y Turquía rechazaron la iniciativa de paz recientemente ofrecida por Bashar al Assad que contempla una conferencia de diálogo nacional y un referéndum sobre una nueva Constitución. La propuesta del líder sirio sí contó con el respaldo de Irán.
Mientras tanto, Washington y Berlín todavía tienen previsto desplegar cada uno en Turquía dos baterías y 400 efectivos para encargarse de los misiles, al tiempo que Ámsterdam enviará otros 360 soldados y dos sistemas antimisiles adicionales.
Algunas tropas norteamericanas ya se encuentran en la ciudad turca de Gaziantep, ubicada a unos 50 kilómetros de la frontera con Siria, donde se espera que se desplieguen los misiles. Miles de personas protestaron en esa localidad en rechazo a la maniobra militar, y critican a EE.UU., Alemania y los Países Bajos por su participación en la misma.