Según Brzezinski, un ataque limitado de EE.UU. contra el país persa tendrá solo un efecto temporal. Él opina que un ataque a gran escala sería más eficaz, pero causaría múltiples víctimas entre los civiles y una amenaza de liberación de grandes cantidades de radiación, si las centrales nucleares resultan afectadas. Además, la ira del pueblo iraní sería dirigida contra Estados Unidos y el régimen se beneficiará de ello.
Si Irán atacara primero a Israel o a los aliados de EE.UU., este acto de agresión será castigado. Pero el especialista señala que dado que Israel tiene más de 100 armas nucleares, ese escenario es poco probable, a no ser que Irán haya desarrollado sus propias armas nucleares.
El resultado del ataque contra Irán será un aislamiento internacional de EE.UU. sin precedentes”Irán, por su parte, podría “complicar la vida” a las fuerzas norteamericanas en Afganistán tras activar un nuevo frente de guerrillas, mientras que la escalada de la violencia envolvería también a Irak y luego a toda la región. El experto indica que los conflictos en cadena afectarían a Siria, Líbano y Jordania. Además, los precios del combustible subirían drásticamente, lo que provocaría una crisis petrolera en Europa y Asia.
Todo esto señala, según el estratega, que si fracasa el acuerdo y una cooperación sustancial con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) acerca del polémico programa nuclear iraní, esto no debe ser considerado como el detonante para el inicio de una guerra contra el país persa. El autor del artículo sostiene que la mejor reacción a esta situación es la intensificación de las sanciones económicas contra la República Islámica.