Lo más destacado de la reforma es la anulación de los permisos de salida conocidos como ‘tarjetas blancas’, las cartas de invitación y otros trámites que dificultaban los viajes de los cubanos. La ley fue anunciada por primera vez el 16 de octubre del año pasado, un anuncio que fue recibido de manera muy positiva.
La nueva norma exige solo un pasaporte vigente y un visado del país de destino para llevar a cabo el viaje. A partir del día 14, los cubanos “que cumplan los requisitos establecidos en la Ley de Migración” podrán solicitar o actualizar sus pasaportes en cualquiera de las 195 oficinas especiales por todo el país.
Un pasaporte puede ser negado a alguien por razones de “interés público” o de “defensa y seguridad nacional”. También se controlará la salida al extranjero de profesionales de alto nivel, como por ejemplo médicos, para evitar la “fuga de cerebros” de la isla.
Sin embargo, tendrán derecho a salir junto con los demás isleños, ya que las autoridades cubanas confían en que no se produzca una salida masiva de especialistas. Pese a las dificultades con las que se contaba hasta ahora, el Servicio de Migración local informó que desde el año 2000 se recibieron casi un millón de solicitudes de salida y se autorizaron el 99,4% de las mismas.