Las nuevas medidas, aprobadas por el Congreso y firmadas por el presidente estadounidense, Barack Obama, la semana pasada, tienen como objetivo golpear fuertemente a las principales industrias de la República Islámica, desde la navegación comercial hasta los medios de comunicación, según informa el periódico 'The Washington Post'.
Según los expertos, las sanciones anteriores iban dirigidas a personas y empresas involucradas en la energía atómica de Irán, mientras que las nuevas se parecen más a un verdadero embargo comercial, dirigido a debilitar a los principales sectores económicos del país y llevarlo a la crisis económica.
Las sanciones previas hicieron a Teheran perder entre 3.000 y 5.000 millones de dólares al mes, mientras que en menos de un año el rial iraní se ha devaluado en casi un 100% frente al dólar. Sin embargo, Irán ya ha aprendido a evadir estas medidas parciales. Así, Washington ha decidido endurecer las sanciones y afectar a otras industrias, para ponérselo más difícil.
Cabe mencionar que el endurecimiento se produce en medio de la disposición de los líderes iraníes a reanudar las negociaciones sobre su programa nuclear.
Poca probabilidad
Martín Andrés Rodríguez, analista internacional, opina que EE.UU. está evitando entrar en conflicto directo con Irán y que la intervención militar en ese país en el futuro próximo es poco probable.
“A EE.UU. no le conviene para nada realizar un ataque, que pueda desestabilizar la situación en la zona”, sostiene Rodríguez.