Aunque las autoridades no han facilitado sus identidades, se sabe que ninguno es de nacionalidad siria. Los otros tres sospechosos fueron arrestados en sus domicilios en los distritos sureños de la capital británica.
Se trata de un mismo tipo de mercenarios que, según muchísimos reportes, están participando en la guerra en Siria, considera el vicedecano del Colegio de Periodistas Cubano-Americanos, Eladio José Armesto. Aparte de ellos, contra el Gobierno de Bashar al Assad solo actúa “una minoría que está tratando de imponer un estado fundamentalista dentro de Siria”.
A su vez, “el Gobierno británico —dice— está tratando de crear psicológicamente las condiciones que luego justifiquen un apoyo militar, un suministro de armas a los terroristas de la Hermandad Musulmana, de Al Qaeda y de otros grupos que están librando la guerra en contra del pueblo sirio”.
La revelación acerca de la conspiración no impidió que los diplomáticos de Londres siguieran insistiendo en su idea de ayudar a la insurgencia siria con armamento. Pocas horas después del último arresto el ministro de Asuntos Exteriores, William Hague, advirtió sobre un “grave riesgo” de que la violencia en Siria se recrudezca y para este caso, dijo, la comunidad internacional deberá “reforzar su respuesta”.