“Estados Unidos se arriesga a derrochar miles de millones de dólares” si no revisa el uso del dinero, según un informe presentado por Sopko en vísperas de la visita del presidente afgano, Hamid Karzai, a Washington.
“Una gran parte de los 400 millones de dólares invertidos en el año fiscal 2011 en proyectos a largo plazo” pueden ser “desperdiciados” debido a errores de “planificación, coordinación y realización”, añade el inspector.
Por ejemplo, en la construcción de una base para militares afganos en la localidad norteña de Kunduz se invirtieron unos 70 millones de dólares. Sin embargo, la calidad de las instalaciones es muy baja e incluso se produjo un derrumbe del tejado.
Hay más ejemplos. En el verano de 2012, se publicaron unas polémicas imágenes y testimonios de varios oficiales estadounidenses desde el hospital militar de Dawood en Kabul, que evidenciaban las negligencias del personal, unas espantosas condiciones de vida de los pacientes y grandes cantidades de corrupción.
Desde 2002 Washington ya se ha gastado casi 100.000 millones de dólares en la reconstrucción de Afganistán, varias veces más que los 35.000 millones (contados en términos de 2011) invertidos por EE.UU. en Europa tras la Segunda Guerra Mundial.
“Usar el dinero eficientemente para avanzar en la seguridad, gobernación y desarrollo social y económico en Afganistán, sería un desafío tremendo”, señala John Sopko.
En el próximo encuentro presidencial, Obama y Karzai trataron la posibilidad de retirar todas las tropas estadounidenses de Afganistán para diciembre del 2014. Mientras que numerosas encuestas muestran que una gran parte de la población apoya la retirada, algunas fuerzas políticas abogan por dejar varios miles de soldados de EE.UU. en Afganistán para participar en operaciones antiterroristas.