Un avión de transporte chino Y-8 sobrevoló el área cercana a las islas Senkaku (llamadas Diaoyu en China) bajo pretexto de una “patrulla rutinaria”, según Pekín. Inmediatamente, Japón lanzó un caza F-15 en su persecusión. La respuesta a esta acción también fue rápida y dos cazas chinos J-10 tomaron vuelo para “monitorear” la aeronave nipona.
“Los aviones de las Fuerzas de Defensa de Japón han intensificado sus actividades de vigilancia contra China y han ampliado el área de sus acciones”, perturbando los vuelos de “aviones civiles y militares” chinos, denunció el portavoz de la Defensa de la República Popular.
Los funcionarios japoneses denunciaron igualmente que los aviones chinos entran cada vez más a menudo en el espacio aéreo de las islas, las que son actualmente propiedad de Japón. Señalan que durante el último año, Tokio ordenó enviar aeronaves a sobrevolar las islas más de 150 veces.
La tensión entre ambos países por este tema detonó en septiembre de 2012 cuando Tokio anunció la compra de tres de los polémicos islotes que se encontraban en manos privadas. Este hecho desató violentas manifestaciones antijaponesas en China, nación que reclama su derecho histórico a controlar el archipiélago.
El presupuesto militar de Japón para 2013 aumentó por primera vez en once años, mientras el chino creció cinco veces en la última década y es el segundo más grande del mundo, después de EE.UU.