El pasado 10 de enero, tres activistas kurdas de nacionalidad turca fueron encontradas muertas con sendos de disparos en la cabeza en el Centro de Información del Kurdistán de París.
Numerosos activistas kurdos le atribuyen una motivación política al homicidio ya que una de las víctimas de la presunta “ejecución planificada” era Sakine Cansiz, cofundadora del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado por Turquía una guerrilla terrorista.
El presidente de Francia, François Hollande, calificó hoy de "horrible" el asesinato. “Una era conocida mía y de muchos políticos, porque se reunía regularmente con nosotros", declaró Hollande.
Por su parte, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, urgió a Francia a aclarar las circunstancias del triple homicidio, mientras que los activistas kurdos están seguros de que Turquía está detrás de estas muertes.