Los participantes, que comenzaron el recorrido en la ciudad oriental de Lahore, este domingo avanzaban portando banderas nacionales y un gran ataúd, que simboliza la condición del sistema político del país.
La columna debe alcanzar Islamabad este lunes, cuyos accesos están desde hace días muy vigilados para frenar a los seguidores del grupo islámico Tehreek Minhajul Quran (TMQ), cuyo líder organizó la acción para demandar reformas democráticas.
Según una fuente policial, la marcha ha congregado entre nueve y diez mil manifestantes, aunque los organizadores multiplican por veinte ese número.
Según la cadena Al Jazeera, 10.000 agentes de policía controlarán el recorrido de la marcha, que no ha sido autorizada por el Gobierno federal.
Los objetivos del líder, Tahirul Qadri, permanecen rodeados de misterio y han desatado una cascada de teorías entre los analistas y medios locales, que no consiguen desvelar las motivaciones políticas de una figura que hasta hace dos meses era casi desconocida en el país.
El anuncio de la marcha ha acaparado la agenda política en las últimas semanas y todos los partidos se han tenido que posicionar sobre el movimiento creado por el TMQ, cuyo discurso crítico apenas contiene propuestas tangibles.
Las grandes formaciones han rehusado criticar directamente a Qadri, un clérigo residente en Canadá desde 2005 y que regresó a Pakistán el pasado mes para, según él, "salvar el Estado".
El pasado 23 de diciembre, Qadri expuso en un multitudinario mitin que el sistema político pakistaní debe ser reformado desde sus cimientos y que el Gobierno debe dimitir de inmediato.