El analista opina que la instalación del escudo antimisiles, que fue uno de los temas discutidos de la visita a España del secretario de Defensa de EE.UU. Leon Panetta, "es un auténtico disparate que no se sostiene desde el punto de vista militar" y las razones que presenta Occidente para ello –protección de los ataques balísticos de Irán o Corea del Norte– son "cómicas".
"Bush se retiró unilateralmente en 2001 del Tratado de Misiles Antibalísticos que firmaron Nixon y Brézhnev con el fin de instalar este escudo y organizar una nueva campaña, que es una carrera armamentística, que lo único que persigue es que los EE.UU. tengan la posibilidad de atacar primero con garantía de que no haya respuesta de sus enemigos", sostiene el analista.
"Por lo tanto, el escudo como su propio nombre nos puede decir no es un arma defensiva, es un arma puramente ofensiva que lo que hace es romper todos los equilibrio sobre los que se ha sustentado la seguridad mundial en los últimos años", añade.