Hasta ahora, Francia solo ha realizado operaciones aéreas contra los rebeldes salafistas que no cedieron terreno pese a los cinco días de ataques.
Los insurgentes islamistas vinculados a Al Qaeda ya amenazaron con acciones de respuesta contra el país galo, lo que generó preocupación en París y en otros Estados europeos. La escritora y analista Conchetta Dellavernia opina que Francia ha caído en "una trampa", en su búsqueda de lograr desviar la atención de sus problemas internos.
“Son muchos los grupos islamistas que allí confluyen, entonces va a ser un trampa muy grande no solo para Francia, porque EE.UU. también ha prestado apoyo logístico”, asegura Dellavernia.
“Francia se ha metido en una ratonera, de la que será muy difícil salir. Vamos a ver una repetición de Afganistán para lo que se refiere a los países europeos, concretamente Francia y va a ser una guerra muy larga”, vaticina.
La analista argumenta que la crisis económica que afronta el viejo continente y EE.UU. es el principal motivo para “trasladar todos los problemas a Mali para ocultar no solo lo económico, sino que la política parte de su objetivo estratégico que es trasladar el estado de malestar que tiene Francia ahora mismo a Mali con una nueva guerra, como lo hace EE.UU.”.
Los rebeldes controlan el norte de Mali desde mediados de 2012. París, que lleva el peso principal de la operación, espera la ayuda de varios Estados europeos y ha prometido mantener sus tropas en la nación africana hasta que retorne la estabilidad.