Miles de personas tuvieron que ser alojadas en hospitales, mezquitas y otros lugares públicos, indica la Agencia de Desastres de Indonesia, que sostiene que las cifras de las víctimas van a aumentar. Las empresas aconsejan a sus empleados que permanezcan en sus casas. Las autoridades están preparadas para evacuar a unos 350.000 habitantes si la situación no mejora.
"Por primera vez en mi vida el centro de Yakarta está anegado", comenta una de los 14 millones de residentes de la ciudad.
Las principales avenidas y varios túneles están bajo el agua, que causó graves problemas de circulación. Han sido inundadas las casas, tiendas, edificios del Gobierno, incluso el palacio del presidente, Susilo Bambang Yudhoyono, que tuvo que aplazar unas horas la entrevista con su homóloga argentina, Christina Fernández de Kirchner, esperándola con los pies sumergidos en el agua y los pantalones arremangados.
Las inundaciones provocadas por las lluvias intensas y el desbordamiento de los ríos no son algo extraño para Indonesia desde hace mucho tiempo. La deforestación en las colinas de la ciudad, la planificación caótica y la basura que se acumula en los ríos contribuyen al aumento del peligro y del daño.