El mundo del ballet sobre el director artístico del teatro Bolshói: "Es un delito brutal"

El equipo del teatro Bolshói recibe desde todo el mundo cartas y llamadas con palabras de apoyo para el director artístico Serguéi Filin, a quien el 17 de enero rociaron ácido en la cara.
El ministro de Cultura, Vladímir Medinski, visitó a Serguéi Filin en el hospital y prometió seguir la investigación del caso personalmente.

"Hablamos, para mi gran sorpresa, no sobre su estado actual ni sobre asuntos cotidianos, sino sobre sus planes creativos", comentó Medinski. "Estoy muy impresionado con su audacia".

"Es un delito brutal. Espero que encuentren a los culpables y los castiguen", dice Svetlana Zajárova, primera bailarina del Bolshói, añadiendo que el grupo de ballet trabajaba con eficacia bajo Filin y había muchos planes.

"Lo que le han hecho a Serguéi es una barbaridad, rociar ácido en la cara es un delito horrible que no solo deforma el rostro, sino que le priva de su vida, de su vista. Es horrible", comentó Nikolái Tsiskaridze, famoso bailarín ruso que también ocupó el cargo de director artístico del grupo de ballet del teatro Bolshói, y añadió que en el teatro había habido casos fuertes de presiones y amenazas, pero lo que le ha sucedido a Filin es excepcional.

Borís Akimov, que también ocupó el cargo hace años, confirma que los directores artísticos del Bolshói sufren mucha presión. "Tenía un trabajo muy estresante", dijo, añadiendo que en un grupo de artistas satisfacer a todos es muy difícil.
Los colegas y la familia de Filin informan que le empezaron a amenazar el 31 de diciembre. Las llamadas automáticas bloquearon su teléfono; 'hackearon' también su correo electrónico y publicaron sus cartas -con partes reales y partes falsas- en una cuenta falsa de Facebook.

"Serguéi me visitó uno de estos días y dijo: 'Tengo la sensación de que estoy en la línea de fuego'", cuenta el director del teatro, Anatoly Iksánov. "Le calmé como pude y le dije que también llevo muchos años en la línea de fuego. Pero lo que sucedió no me hará tener guardaespaldas".

La investigación parte de la hipótesis de que le rociaron ácido sulfúrico. Su vista sigue en peligro y necesitará cirugía plástica y cerca de medio año para el tratamiento, parte del cual se realizará en Bélgica. Por ahora Filin continúa en el hospital, que está lleno de periodistas, los policías que empezaron a interrogarle sobre lo sucedido, y sus amigos y compañeros que van a visitarle, y ha empezado a andar poco a poco con la ayuda de su esposa.