El ataque israelí es una respuesta a la construcción del campamento palestino Al Manatir, en la aldea de Burín.
Los palestinos informan de que los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés) acudieron al lugar para echar a los manifestantes, contra los que usaron gas lacrimógeno y dispararon al aire. Los testigos informan también de que un adolescente de 16 años fue herido y llevado al hospital.
Las IDF niegan el uso de armas de fuego y declaran que usaron solo armas no letales y después de que los palestinos empezaran a lanzarles piedras. Tras desmantelar el campamento declararon el área una zona militar cerrada.
El campamento fue levantado por la mañana como forma de resistencia a la colonización israelí. El campamento recibió su nombre de las tradicionales cabañas de piedra construidas para los pastores palestinos que vigilan el ganado.
Es la cuarta iniciativa parecida en las últimas semanas. En enero se levantaron también tres campamentos: Bab el Shams (Puerta del Sol) en una zona conocida como E1 al este de Jerusalén; Al Karamah (Dignidad) junto a la aldea de Bet Iksa, al noroeste de Jerusalén; y Al Asra (Prisioneros) junto a la aldea de Anin, al noroeste de Jenín.