Israel no ha confirmado estas alegaciones. Sin embargo, el domingo el ministro de Defensa de Israel, Ehud Barak, hizo la primera referencia pública al caso hablando con los periodistas en Múnich y dijo: "Lo que pasó en Siria hace unos días (…) demuestra que si decimos algo, lo decimos en serio (…) decimos que no debe permitirse llevar sistemas de armas avanzadas al Líbano".
"Hezbolá en el Líbano y los iraníes son los únicos aliados que le quedan a Assad", señaló Ehud Barak, añadiendo que la derrota “inminente” de Assad "tendrá un mayor impacto a los iraníes y Hezbolá".
El ataque se produjo en un momento de creciente preocupación de Israel por la situación de las armas químicas y convencionales sirias. Los diplomáticos, los rebeldes sirios y las fuentes de seguridad opinan que el ataque iba destinado a unas armas que eran transportadas al Líbano, hecho que Siria niega y afirma que lo que se atacó fue un centro de investigaciones.
Damasco aseguró que habrá una respuesta adecuada a Israel.