Moscú y Washington podrían firmar un nuevo tratado de reducción de armas de exterminio masivo, si se asienta sobre la igualdad de condiciones para ambas partes y responda a realidades actuales, informa el diario ruso Kommersant, citando una fuente diplomática rusa.
Ahora bien, entre ambos países existe la convención del programa Nann-Lugar, que prevé la destrucción de armas rusas con cargo a los presupuestos estadounidenses y cuyo plazo vence el próximo mes de mayo. Moscú no tiene intención de prorrogar la vigencia de este acuerdo, al mostrar su descontento porque los contratistas del programa trabajan en instalaciones secretas rusas pero no asumen ninguna responsabilidad por posibles accidentes o situaciones de emergencia originados por errores suyos.
En virtud de un nuevo acuerdo, Moscú busca poner fin al acceso de subcontratistas estadounidenses a varias instalaciones sensibles para la seguridad rusa. Además, el rotativo no descarta que el nuevo acuerdo prevea una colaboración ruso-estadounidense en el reciclaje de armas de exterminio masivo en terceros países.
Mientras tanto, el proyecto de nuevo tratado todavía no está elaborado. Los representantes de ambos países acordaron realizar consultas sobre el tema de las armas en un futuro próximo: este mes la vice secretaria de Estado de EE.UU., Rose Gottemoeller, visitará Moscú.
El programa de Nann-Lugar, conocido también con el nombre de 'Reducción Conjunta de las Amenazas' (Cooperative Threat Reduction Program), estaba encaminado, según los autores, los senadores estadounidenses Sam Nann y Richard Lugar, “a reducir la amenaza que encierran las armas de destrucción masiva”.
Según datos oficiales de Washington, Estados Unidos ha gastado ya 8.000 millones de dólares para cumplir este programa de reducción de la amenaza nuclear rusa y de las repúblicas de la antigua URSS.