A pesar de las promesas hechas por el presidente François Hollande de crear al menos 100.000 nuevos puestos del trabajo, el paro en Francia aumenta drásticamente. El desempleo ya alcanza el 11% de la población en situación de trabajar, más de 3 millones de personas desempleadas, en números absolutos.
Mientras que la gente indignada por la situación económica protesta en las calles del país, el presidente francés parece estar ocupado en otras cosas, como por ejemplo, la situación en Mali.
“Cada semana los medios franceses discuten un nuevo tema como el matrimonio homosexual o la ciudadanía de Depardieu o ahora la situación en Mali para distraer la atención de la población de los problemas reales. Esta táctica puede ser útil, pero no por mucho tiempo”, dice François Asselineau, miembro de la Unión Popular Republicana francesa.
Las recientes encuestas muestran que la popularidad del presidente disminuye paso a paso. Algunos opinan que este cambio sólo se debe a los pasos aislados del mandatario que distraen la atención de la situación actual. Las críticas de la oposición eran algo previsible, pero lo que no parece una buena señal es que entre los propios izquierdistas esté aumentando el descontento con las políticas de Hollande.