En el marco de este proyecto está previsto crear robots que puedan olfatearse unos a otros con una nariz electrónica y realizar diversas tareas, principalmente cargar aviones con municiones, tarea de alto riesgo de la que actualmente se encargan los marinos.
El aparato será similar a otras máquinas del sistema de transportación de municiones que ya forman parte de la Marina estadounidense. Los modelos existentes utilizan sensores ópticos, capaces de reconocer marcas especiales en el suelo y las paredes de los almacenes, mientras que los nuevos robots funcionarán de una manera muy diferente: 'olfateando' marcas químicas.
Según el proyecto, un robot líder controlado por un humano secretaría una feromona, que sería captada por otros robots y que les indicaría qué tarea tienen que realizar y el camino que deben seguir. Los aparatos tendrán que trabajar conjuntamente para elevar municiones de hasta 450 kilogramos de peso y transportarlas desde las cubiertas inferiores a los hangares y a la cubierta superior.
Por el momento se desconoce cómo harían los robots para convertir una señal química en una serie de instrucciones electrónicas y funcionar a temperaturas superiores a 90 grados Celsius, pero de lograrlo la Marina espera que las máquinas reemplacen a decenas de miembros de la tripulación.