El político retirado, de 78 años, fue uno de los seis firmantes. No recuerda si solo había una copia auténtica del tratado o tres, como se suele hacer, para cada uno de los Estados fundadores de la CEI. Pero desde Ucrania y Rusia tampoco han podido confirmar, a nivel oficial, la presencia de los originales.
Solo tenemos una copia compulsada de lo que virtualmente era original"
Shushkévich se preocupó por la ubicación del documento mientras redactaba un libro de memorias. Acudió al Archivo Nacional, luego al Comité Ejecutivo de la CEI (con sede en Minsk desde el momento de su fundación) y al Ministerio de Asuntos Exteriores de Bielorrusia. En ninguno de los recintos lograron localizar el original del tratado.
“Solo tenemos una copia compulsada de lo que virtualmente era original”, respondió el jefe del Depositario documental del Departamento Legal del Comité Ejecutivo, Vasili Astreiko, consultado por la agencia rusa de información Interfax. “No tengo ni idea dónde está el auténtico”.
Dudas
“Hay cierta lógica en que no puedan hallar la auténtica”, considera el historiador y sociólogo Andréi Fúrsov. “Si no había original, tampoco habría el acuerdo de Belovezh y es una noticia buena. Es un pretexto para revisar todo eso en el plano jurídico”.“Por supuesto, existen las copias de este documento, pero una copia no es nada más que una copia —agrega—. Solo el original tiene un vigor jurídico”.
A juicio del archivista jefe, sin embargo, el hecho de que no haya un original no arrastra ninguna consecuencia jurídica. Astreiko descarta que la pérdida del Tratado de Belovezh invalide la disolución de la Unión Soviética o la existencia de la CEI, el organismo supranacional que, según se expresó el actual presidente de Rusia, Vladímir Putin, había facilitado un “divorcio civilizado” entre las repúblicas integrantes de la URSS.El tratado fue firmado el 8 de diciembre de 1991 durante una reunión de los entonces presidentes de Rusia, Borís Yeltsin, Bielorrusia, Stanislav Shushkévich, y Ucrania, Leonid Kravchuk, en la reserva natural de Belovezh, con participación de los jefes de Gobierno de los mismos países. Este evento histórico fue uno de los decisorios en el proceso de la disolución del país socialista y hasta el momento ha provocado polémicas en las antiguas repúblicas soviéticas.