Esta es al menos la opinión de uno de los más altos responsables militares del país, el general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto, el grupo que engloba a los jefes de las principales ramas de las Fuerzas Armadas.
Se planea que el Pentágono ahorre 487.000 millones de dólares en financiación durante la próxima década. El plan de recortes empezará a funcionar el 1 de marzo si el Congreso y el presidente, Barack Obama, no alcanzan un acuerdo sobre una solución alternativa al problema del déficit federal de 1,2 billones de dólares.
Según Dempsey, una tercera parte de los recortes afectará al personal del Ejército, mientras que los otros dos tercios se aplicarán a la modernización de la tecnología militar y a los estudios científicos, muchos de los cuales tendrán que terminar.
Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos ya se redujeron el año pasado cuando su número cayó de 570.000 a 490.000 soldados y oficiales. Pero si el Gobierno no ofrece otro modo de reducir los gastos del presupuesto, "el Ejército tendrá que volver a echar a gente", dijo Dempsey en un comunicado.
La semana pasada el Departamento de Defensa también tomó la decisión de aumentar el sueldo de sus empleados un simbólico 1%, menos de lo esperado, en el año fiscal 2014. Se supone que el incremento salarial inferior (el esperado era de un 1,7%) ahorrará al Departamento unos 470 millones de dólares durante este año.