El Ministerio de Exteriores ruso reacciona a las críticas de EE. UU.
La Federación de Rusia considera parcial el informe ordinario del Departamento de Estado de EE. UU. sobre el respeto de los derechos humanos en el mundo, informa el Departamento de Información y Prensa del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia.
El informe anual del Departamento Estatal de EE. UU. sobre el respeto de los derechos humanos en el mundo fue publicado el jueves. El documento señala que en 2009 en Rusia disminuyó la cantidad de delitos cometidos por un sentimiento nacionalista, pero la situación acerca de la discriminación de las minorías sigue siendo desfavorable.
"Todo sigue siendo tradicional e incluso ritual: los enfoques, las tesis, las conclusiones y los informantes. No hemos notado una gran diferencia en este sentido, a pesar de ‘el reinicio’ de nuestras relaciones declarado por la actual Administración estadounidense", dice el comunicado.
"No es un secreto para nadie que antes que nada esta obra está dirigida a resolver las tareas de la política interior de la élite política estadounidense por medio del uso del delicado tema de los derechos humanos, a fin de determinar el marco político necesario para la promoción de los intereses concretos de la política exterior", señalan en el Ministerio.
No obstante, la sede de la diplomacia rusa calificó de positiva la intención del Departamento de Estado de publicar un informe sobre el respeto de los derechos humanos en EE.UU. y espera que en este documento "se reflejen los hechos reales y su validación crítica".
"Por ejemplo, sería interesante saber cómo el Departamento de Estado aficionado a moralizar en el ámbito de los derechos humanos comentaría las torturas o el trato inhumano o humillante que se registran en EE. UU. Y no solamente los casos conocidos, como el de Bagram o los de la cárcel especial de Guantánamo, que, a pesar de las promesas de la Administración estadounidense, sigue abierta, sino también la situación en las prisiones y en las cárceles del país", señala el mensaje del Ministerio ruso.
El Ministerio de Exteriores de Rusia expresó la esperanza de que en el nuevo informe sobre la situación en la esfera de los derechos humanos en EE. UU. estén reflejados los actos de violencia familiar que conllevan los asesinatos de los niños, entre otros, adoptados en Rusia; las muestras de racismo y xenofobia hacia los inmigrantes, la islamofobia e intervención de los servicios especiales en la vida privada, así como las medidas de restricción aplicadas a los periodistas que cubren el tema de las operaciones militares estadounidenses realizadas en el extranjero.
"Ojalá ese informe recoja las recomendaciones de introducir por fin el Instituto del Defensor del Pueblo en EE. UU., sumarse a una seria de acuerdos internacionales en la esfera de los derechos humanos en vísperas del Examen Periódico Universal en el marco del Consejo de la ONU para los derechos humanos, así como unas propuestas concretas, y no sobre cómo cambiar la imagen del país, sino sobre cómo corregir la situación real", según mantuvo la declaración.
El informe de la cancillería estadounidense también recoge críticas contra los funcionarios gubernamentales, las agencias de seguridad a nivel local y federal -que sometían a discriminación a las minorías-, las actividades de los cabezas rapadas rusos, el elevado nivel de la corrupción y la participación de los agentes de seguridad en actos criminales, como el incidente del policía Denis Yevsyukov, que realizó un tiroteo en un supermercado de Moscú.
El Departamento de Estado también está preocupado por los "continuos asesinatos de los prominentes activistas de derechos humanos y periodistas, aparentemente relacionados con sus actividades profesionales".
Entre tanto el tenor general del documento hacia Rusia fue más suave que los que se emitieron durante la Administración de George W. Bush. Los autores del nuevo informe reconocen que las autoridades rusas están haciendo mucho para normalizar la situación y luchar contra la delincuencia dentro de las agencias de seguridad.
Una prueba de que el asunto de los derechos humanos en las relaciones bilaterales es relegado a un segundo plano fue el breve comentario del viceministro Michael Posner, que fue el encargado de presentar el informe a la prensa. "Seguiremos observando ya que la situación merece atención”, según dijo. Al mismo tiempo, Posner prestó hizo más hincapié en su discurso en Irán, Corea del Norte y China.