La historia gira en torno a un australiano identificado como Ben Zygier que -según el canal australiano ABC- era miembro de la agencia de espionaje israelí (el Mossad). Según la cadena el hombre se suicidó en prisión en 2010 en un ala aislada de alta seguridad.
Horas después de que la noticia fuera anunciada por la cadena ABC los editores israelíes fueron convocados a una reunión de emergencia con el primer ministro, Benjamin Netanyahu, que les pidió no mencionar esta historia tan "bochornosa para cierta agencia del Gobierno", según el diario israelí 'Haaretz'.
Los medios israelíes, que ya habían publicado la noticia, se apresuraron a retirarla de sus páginas web, atrayendo de esa forma aún más la atención sobre el caso. Indignados de que el órgano legislativo supremo de Israel se enterara de lo ocurrido por fuentes extranjeras, tres diputados de los partidos de izquierda se dirigieron al ministro de Justicia, Yaakov Neeman, exigiéndole que aclarara la situación, así como un informe sobre la existencia de otros prisioneros secretos en cárceles israelíes.
El motivo del encarcelamiento de Zygier probablemente quedará en la sombra, ya que las noticias que tratan asuntos de seguridad del Estado deben pasar por censores militares para su revisión. Sin embargo, algunos expertos en seguridad y en el Mossad apuntan que Zygier podría haber actuado como doble agente y que, por temor a que filtrara información delicada, lo encarcelaron.