En un informe de 89 páginas, el HRW documentó numerosos casos de abusos en las comunidades indígenas de dicha provincia, que viven en un constante estado de miedo. "La amenaza de violencia doméstica y otros hechos violentos fortuitos, por una parte, y el maltrato de oficiales de la Policía Montada Canadiense por otra, sitúa a las mujeres indígenas en un estado de inseguridad permanente", reseñó Meghan Rhoad, investigadora sobre derechos de la mujer.
El informe destaca además que cuando las mujeres denuncian maltratos en sus comunidades la Policía suele hacer caso omiso, mientras que en otros casos actúan de manera abusiva. "En cinco de las diez ciudades del norte que visitó HRW escuchamos denuncias de violación o agresión sexual por parte de agentes de la Policía", dice el documento.
Este cuerpo de seguridad también está acusado de utilizar gas pimienta, atacar con armas eléctricas a adolescentes indígenas y de golpear a una joven de 17 años de edad y usar un perro policía para atacar a una niña de 12 años. HRW también registró casos de mujeres que fueron desnudadas y sufrieron agresiones sexuales en las celdas y las calles de la provincia.
La mayor parte de los abusos, según la investigación de la organización no gubernamental, se comete a lo largo de la carretera 16 del norte de la Columbia Británica, denominada ‘la carretera de las lágrimas’, donde decenas de mujeres y niñas han desaparecido o han sido halladas muertas en las proximidades.
Ante estos múltiples crímenes, la organización de defensa de los derechos humanos exhortó al Gobierno federal a poner en marcha un sistema nacional de información sobre los asesinatos y desapariciones de indígenas, además de exigir una investigación independiente en cuanto a las denuncias de conducta policial inapropiada.