El asteroide, que tiene un diámetro de 45 metros y una masa de unas 130.000 toneladas, se vio desde la Tierra como un pequeño punto luminoso. En su momento de máxima aproximación estruvo a unos 27.700 kilómetros de nuestro planeta, unos 8.000 kilómetros más cerca que algunos satélites artificiales.
El cuerpo celeste pudo observarse de noche en Europa Oriental, Australia y Asia. En China, uno de los mejores lugares para apreciarlo, muchos astrónomos se congregaron para seguir su trayectoria en las provincias orientales de este país asiático.