Los islamistas salieron a una céntrica avenida de Túnez, la que fue el corazón de la revuelta de 2011 que derrocó al Gobierno del presidente Zine al-Abidine Ben Ali.
"Dios es grande", "El apoyo a Ennahda [el partido gobernante] es un deber", "Por la defensa de la identidad árabe-musulmana" fueron algunas de las consignas coreadas por los manifestantes. También se veían banderas negras en apoyo de los salafistas de línea dura.