Otra oleada de violencia azota México
Unos sicarios mataron a una empleada del Consulado General de EE. UU. en Ciudad Juárez, a su marido y al esposo de otra empleada del consulado, de nacionalidad mexicana. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó su profunda tristeza e indignación por la matanza y prometió trabajar para llevar a los criminales, cuya identidad se desconoce, ante la Justicia conjuntamente con las autoridades mexicanas, según comentó el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional. El año pasado hubo más de 2.600 muertes relacionadas con la narcoviolencia en esta ciudad fronteriza.
El sábado pasado fue el día más sangriento en lo que va de 2010 en México, al registrarse 48 ejecuciones relacionadas con el crimen organizado. Se hallaron 11 cuerpos en Chihuahua, 4 en Baja California, 2 en Sinaloa, 1 en Michoacán y 1 en Chiapas. La tasa de víctimas mortales alcanzó las 29 en el estado de Guerrero, la mayoría de ellas en su ciudad más grande, el puerto de Acapulco, un popular destino turístico, donde 17 personas fueron ejecutadas en menos de cinco horas.
El secretario de Seguridad Pública del Estado, Juan Heriberto Salinas Altés, aseguró que se reforzarán en Acapulco las fuerzas de seguridad para que la corriente turística no se vea afectada por la oleada de violencia, y confirmó que unidades del Ejército y la Marina patrullan diversas colonias y han instalado retenes en las carreteras.
Hasta ahora 19.000 personas han perdido la vida en el país como resultado de la guerra del Gobierno contra el narcotráfico.