La empresa Servicios de Aeropuertos Bolivianos S.A. (Sabsa) es la sexta firma española que pasa a manos del Estado en menos de un año, ya que en mayo pasado el presidente, Evo Morales, nacionalizó una filial de Red Eléctrica Española (REE) y en diciembre cuatro de Iberdrola.
Morales anunció la medida en un acto en la ciudad de Cochabamba, donde se encuentra la sede de Sabsa.
Según medios locales, en estos momentos hay presencia militar en los aeropuertos internacionales de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, instalaciones que se encuentran custodiadas por efectivos de la Fuerza Aérea de Bolivia.
Antes de tomar esta medida, el Gobierno emplazó a Sabsa a invertir 56 millones de dólares para evitar la nacionalización, debido a que la inversión realizada hasta el momento desde 1997 no convencía ya que, según las autoridades bolivianas, no se aprecian mejoras ni en la infraestructura ni en los servicios de los principales aeropuertos de la nación andina.
El Gobierno español, por su parte, calificó la decisión boliviana como un “acto inamistoso”. Además, el Ministerio de Asuntos Exteriores afirmó, a través de un comunicado, que este nuevo episodio tendrá consecuencias y que España revisará sus relaciones bilaterales con La Paz. Según el presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas, Julio César Gambina, la decisión de La Paz es un acto soberano y no se verá amedrentada por las represalias que España pueda tomar.
“El Gobierno español va a intentar acudir al sistema mundial de salvaguardias que tienen las inversiones externas, pero el Gobierno boliviano ha sido muy enfático”, recalcó César Gambina a RT.
En declaraciones a RT, subrayó que el Gobierno boliviano “tiene experiencia en estos procesos de nacionalización” y “se ha cuidado muy bien de no estar expuesto ante las represalias españolas”. “La decisión boliviana es absolutamente soberana”, agregó.
El analista aseguró que Bolivia ya venía anticipando que si no se llevaban a cabo las inversiones adecuadas se procedería a la nacionalización.