Este lunes los países de la Unión Europea han prolongado su régimen de sanciones contra Siria durante otros tres meses, incluido el embargo de armas que el Reino Unido quería levantar parcialmente para permitir el suministro de armamento a la oposición moderada.
La única concesión a Londres ha sido el compromiso para enmendar el embargo de armas de forma que permita ofrecer a la oposición "más apoyo no letal y asistencia técnica a la protección de los civiles", según el documento de conclusiones aprobado.
El suministro de "equipamiento militar no letal" con fines humanitarios ha sido utilizado por Francia para facilitar material a los rebeldes.
Uno de los grandes problemas que implica el suministro de armamento a los opositores es que es sumamente difícil controlarlo. Así, en enero de 2013 Francia, que empezó una operación militar en Mali, tuvo que enfrentarse a rebeldes armados con material bélico extranjero ‘heredado’ de la guerra civil en Libia.
Sin embargo, el comportamiento de los países que buscan apoyar con armas a los rebeldes sirios, “es propio de las antiguas potencias que no dudan en seguir con esa actitud de ir poniendo allá donde se pueda salvaguardas para sus propios intereses económicos y posibles alianzas”, sostiene Francisco Vaquero, del Partido Humanista de España. “Al igual que un río revuelto conviene a pescadores”, el “desorden en esa zona […] de alguna manera conviene a sus intereses”, asegura.
Añade además que “Francia, sumergida en la misma crisis que Europa aunque con menor gravedad que otros países, está buscando la salida” a esos problemas y su influencia en regiones ricas en recursos naturales sería una de sus herramientas anticrisis.