“La creación del Estado independiente de Kosovo en el territorio de Serbia es, ante todo, un proyecto de Washington”, afirma la doctora en ciencias políticas Yelena Ponomariova, del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú. “La constitución de Kosovo fue desde un principio escrita allí, en inglés. Y es simbólico que el primer país en reconocer su independencia haya sido Afganistán, donde hay presencia militar norteamericana”.
La constitución de Kosovo fue desde un principio escrita en EE.UU., en inglés”
“Otro aspecto —explica— es la compra de la ‘tolerancia’ a nivel internacional respecto a esta independencia. En vísperas del anuncio de esta salida los empresarios de Kosovo hicieron viajes a numerosos países con maletas repletas de dinero. Por eso hay tantos Estados pequeños que la reconocieron”.
Según la catedrática de Moscú y numerosos expertos que comparten su opinión, hoy Kosovo garantiza tanto los intereses geopolíticos de EE.UU. como económicos de algunos grupos de influencia en Occidente.
Así, en los poco más de 10.000 kilómetros cuadrados con los que cuenta se ubica la mayor base estadounidense en Europa. Por otro lado, muchos de los políticos y altos mandos que participaron en los bombardeos de la antigua Yugoslavia en 1999 son propietarios de acciones de las empresas kosovares más importantes.
Es simbólico que el primer país en reconocer su independencia haya sido Afganistán”
Según los datos citados por la politóloga, la compañía Albright Capital Management, fundada por la ex secretaria de Estado de EE.UU. Madeleine Albright (quien había preparado diplomáticamente los bombardeos de Belgrado), se hizo con más del 70% de las acciones de Kosovo Telecom. Este hecho convierte a la política retirada prácticamente en una monopolista de todo el sector de las comunicaciones de la región.
En los primeros años de su existencia la autoproclamada república de Kosovo se vio implicada en una serie de escándalos que ha perjudicado la imagen de todos aquellos que colaboraron con el régimen de Prístina.
El más conocido de ellos se data del 2010, cuando el Comité del Consejo de Europa para los Derechos Humanos presentó un informe en el que reveló la existencia de una red de extirpación ilegal y venta de órganos humanos organizada a finales de los años 1990 en la zona. En ella incluso habría estado involucrado el primer ministro de Kosovo, Hashim Thaçi.
Pese a ello, la Comisión Europea y otras instituciones de la UE no desisten en su propósito de integrar más a Kosovo en el bloque. Hasta sugieren a las autoridades legítimas de Belgrado (como en estos días el primer ministro y titular de Asuntos Exteriores de Serbia, Ivica Dacic) que se sienten a la mesa de negociaciones con el supuesto traficante.