Retiran los cargos al ex jefe del espionaje polaco por la cárcel secreta de la CIA

Polonia retira los cargos contra el ex jefe de los servicios secretos del país al que vinculaba con la presunta prisión secreta de la CIA en su territorio, donde supuestamente se retuvo y torturó a sospechosos de terrorismo.
El periódico local ‘Gazeta Wyborcza’ citó a una fuente que revela que los cargos contra el que fuera responsable del espionaje polaco Zbigniew Siemiatkowski serán retirados y señaló que "la decisión ha sido tomada por los fiscales con base en Cracovia". 
 
La cárcel en cuestión se encontraba cerca de la aldea de Stare Kiejkuty, en el norte de Polonia, y operó entre diciembre de 2002 y septiembre de 2003. Fue utilizada para interrogar, presuntamente con el uso de torturas, a los sospechosos de terrorismo detenidos por todo el mundo antes de trasladarlos a la base de Guantánamo.
 
La investigación sobre esta cárcel secreta empezó en 2008, pero no fue hasta el año 2012 cuando Siemiatkowski fue acusado de excederse en sus funciones, de privación ilegal de libertad y de haber impuesto castigos corporales a los prisioneros detenidos.

Sospechas de interferencia política en la investigación


Según comentó a la agencia Reuters Adam Bodnar, de la Fundación Helsinki para los Derechos Humanos con sede en Varsovia, en el polémico caso de la prisión secreta de la CIA existe claramente una interferencia política. 

De hecho, los abogados de las víctimas de torturas en esa prisión y activistas de derechos humanos consideran que dichas pesquisas no avanzan porque sus resultados afectarían a altos cargos del Gobierno polaco. Además, afirman que tendría un impacto negativo en las relaciones entre Polonia y un aliado clave para ellos, como es EE.UU. 
 
Un informe publicado por la organización en defensa de los derechos humanos Iniciativa por la Justicia de la Sociedad Abierta ('Open Society Justice Initiative'), reveló que al menos 54 países, entre ellos Polonia, Suecia, Islandia y el Reino Unido, ofrecieron "apoyo encubierto" a la CIA para detener, transportar, interrogar y torturar a los sospechosos en los años posteriores a los ataques del 11S.

Además, ya en 2006 el entonces presidente de EE.UU., George W. Bush, reveló la existencia de centros de detención de la CIA en el extranjero. Aunque no precisó su ubicación, varios informes europeos indican que la inteligencia estadounidense podría haber mantenido a personas en cárceles secretas en Lituania (donde también se inició una investigación), Rumanía, Afganistán y Tailandia.