Su centro de entrenamiento de niños y adolescentes se ubica en una antigua escuela situada en la norteña provincia siria de Alepo. Antes de ir al frente, los niños se entrenan dos veces al día durante un mes.
“Les enseño a no tener miedo ni duda ante la guerra, en la que tienen que estar dispuestos a matar”, dijo el ex sargento, de 38 años. "Los niños son los mejores soldados que conozco. Obedecen fácilmente las órdenes. Los adultos siempre hacen preguntas, estos niños, no", agregó.
Los niños son los mejores soldados que conozco. Obedecen fácilmente las órdenes"
Sobhi, de 15 años de edad, dijo que pidió él mismo a su padre que le permitiera entrenarse en el campamento de milicianos. "Estoy cansado de estar en casa y esperar hasta que mis hermanos regresen del frente y me cuenten sobre la guerra. Lo quiero ver todo con mis propios ojos", confesó el niño.
El coordinador para la protección infantil del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Jean-Nicolas Beuze, dijo que a pesar de que "a diferencia de otros conflictos, no hay reclutamiento forzoso de menores en Siria", usarles como combatientes constituye una grave violación de sus derechos. Asimismo, según la Corte Penal Internacional, reclutar a niños menores de 15 años o dejarlos participar en las hostilidades se considera un crimen de guerra.