“Cómo se comportarán los policías cuando dejen de sentirse una parte de la sociedad, a la que están encargados de vigilar, por haberse acostumbrado a disparar contra mujeres embarazadas y ancianos”, escribió Stern en su blog citado por el portal 'Infowars'.
El ex policía cree que tales prácticas podrían convertir a la Policía en una especie de ejército regular en territorio estadounidense.
Cómo se comportarán los policías cuando dejen de sentirse una parte de la sociedad, a la que están encargados de vigilar, por haberse acostumbrado a disparar contra mujeres embarazadas y ancianos”Con esta serie, llamada 'No More Hesitation' (Sin más vacilaciones), la empresa Law Enforcement Targets (LET), que lleva 21 años colaborando con agencias del orden público, ofrece a los agentes de seguridad una “experiencia de escenarios que requieren usar fuerza letal contra objetivos infrecuentes”.
La empresa explicó el nombre de la serie haciendo hincapié en la vacilación que experimentan los policías “a la hora de usar la fuerza letal contra sujetos de edad, constitución o condición atípica”.
En cada imagen los blancos tienen un arma, una situación que sugiere que el agente no debe pensar dos veces antes de abrir fuego, según explicó la empresa.
LET obtuvo contratos con el Departamento de Seguridad Nacional por un total de 2 millones de dólares en los últimos tres años, principalmente en la “asistencia al entrenamiento” y “papel y cartón”, según la página gubernamental USASpending.gov, que rinde cuentas sobre los contratos.
Aunque se desconoce si las agencias de orden público han comprado ya los polémicos blancos o no, Stern está seguro de que estos se fabricaron por existir la demanda de parte de dichas agencias.
La información se suma a los temores de que el Gobierno esté preparándose para disturbios sociales, idea alentada por la noticia de que el Departamento de Seguridad Nacional compró cerca de 2.000 millones de cartuchos el último año.
A modo de comparación, algunos recuerdan que en pleno auge de las operaciones militares en la guerra de Irak, los militares estadounidenses gastaron 5,5 millones de cartuchos por mes.