Pero Goran Jesic, un funcionario agrícola regional rechazó la postura oficial, alegando en su página web personal que de 35 muestras de leche que habían sido sometidas a las pruebas en Serbia, 29 tenían niveles de aflatoxinas más altos de los permitidos. Asimismo, publicó una lista de varias marcas de leche con niveles altos de toxina, diciendo que el Gobierno estaba ocultando la verdad, la postura que fue apoyada por varios políticos de la oposición.
"Si usted me pregunta si hay que comprar leche, la respuesta es 'no'", dijo Jesic, el representante oficial de Agricultura Regional en el norte de Serbia. "Soy un padre de dos hijos y es por eso que publiqué los resultados y siempre voy a hacer lo mismo."
Finalmente las autoridades serbias prohibieron la venta de productos lácteos procedentes de varios fabricantes, sin dejar de afirmar que no había ningún peligro para la salud pública.
"Creo que este es un intento del Partido Demócrata… de desestabilizar y derrocar al Gobierno con el tema más delicado, que es la salud pública", dijo el ministro de Agricultura, Goran Knezevic, quien bebió varios vasos de leche ante la cámara de televisión.
Por su parte, las autoridades croatas de Salud retiraron el martes de la venta la leche de cuatro marcas -dos procedentes de Croacia y otras dos de Bosnia- tras descubrir en ellas altos niveles de aflatoxinas. Niveles excesivos de la toxina se encontraron también en algunas muestras de leche producidas en Eslovenia.
Si usted me pregunta si hay que comprar leche, la respuesta es 'no'"
Las autoridades de Montenegro, preocupadas por el ejemplo de los países vecinos, suspendieron la producción y la distribución de leche el 21 de febrero hasta que se realicen las pruebas necesarias.
La aflatoxina proviene de un hongo que se encuentra en alimentos podridos de ganado. Según los expertos, el año pasado, debido a que fue un verano muy seco, el hongo prosperó en el maíz que utilizaban para alimentar al ganado.