Alemania, atemorizada por extracción de 126.000 barriles de residuos nucleares

Los políticos alemanes están debatiendo una ley que facilitaría la extracción de desechos radiactivos de un cementerio nuclear en el noroeste del país, un plan que lleva un serio peso tecnológico, financiero y de seguridad.
Desde hace 50 años la mina de sal Asse II, en Baja Sajonia, ha acogido unos 126.000 barriles de residuos nucleares.
 

La operación de extraída sin precedentes, que debe utilizar tecnologías modernas y el uso de equipos robóticos, costará al país entre 5.000 y 10.000 millones de euros y durará al menos 30 años.

El plan de por sí es complicado: por la necesidad de perforar un nuevo sistema de túneles debido al estado de colapso en que se encuentra la antigua mina, la burocracia a cada paso de la operación, así como la presencia en las cercanías de la mina de la rana ágil ('rana dalmatina'), una especie amenazada.  

La perforación arrancó en junio del 2012 para investigar la condición de los contenedores en la primera de las 13 cámaras del depósito y esbozar una imagen más clara sobre qué pasos hay que dar para sacar el material peligroso desde la mina centenaria.

Pero el progreso del trabajo es muy lento, dado el peligro de ignición de gases inflamables que se podrían haber acumulado en las cavidades subterráneas. Por esta razón se perfora solo a velocidad muy baja y se logra avanzar apenas unos 20 centímetros por jornada.

Oposición al plan 

Ante el escándalo público que produjo la ocultación del peligro de un escape en las últimas décadas, los políticos ven la retirada como la única solución al problema. Sin embargo, hay expertos que advierten que retirar los desechos sería más peligroso que dejarlos donde están e inundar la mina.

Joachim Breckow, el presidente de la germano-suiza Asociación para la Protección contra la Radiación, cree que los políticos aumentan los riesgos de la exposición de la gente a la radiación.

Según él, es “simplemente ingenuo creer” que las máquinas harán todo el trabajo de la retirada de los residuos.

El experto señaló a la emisión radiactiva durante el manejo y transporte de los contenedores. Además se deberá construir un deposito intermediario, probablemente el mayor en Alemania,  para retener 50.000 metros cúbicos y a los que hay que sumar una igual cantidad de sal contaminada. Eso supone también medidas de protección contra atentados terroristas.

Por eso opina que el menor de los males sería dejar la mayor parte de los residuos en la mina.

Breckow afirmó que en caso de la inundación “incontrolable”, es decir completa, de Asse II, dentro de muchas décadas la radiación causada será de tan solo un 0.1 milisieverts, o el 3% de la norma anual natural. Lo máximo que podría pasar, aclara, es que la población tenga que evitar tomar agua potable del área.