En enero pasado los aviones de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF, por sus siglas en inglés) bombardearon una mezquita en la provincia de Wardak, matando a 15 civiles.
Tras el incidente las autoridades de la provincia de Wardak presentaron varias versiones de lo ocurrido, pero ninguna satisfizo al presidente afgano, por lo que ordenó formar una comisión especial para investigar este ataque.
Según los planes de la OTAN, las tropas internacionales deben retirarse de Afganistán para finales del 2014, a excepción de un pequeño contingente que ayudaría a las fuerzas de seguridad afganas a finalizar su entrenamiento para combatir el terrorismo.