El periódico informa que a través de la frontera con Jordania llegan armas antitanque y cañones sin retroceso a las manos del Ejército Libre Sirio (ELS) en la provincia sureña de Deraa, algo que pasa por primera vez desde el inicio de la rebelión contra el presidente Bashar al Assad.
Mientras Jordania desmiente cualquier vínculo con dichos suministros, el portavoz del ELS, Louay al-Mokdad, confirmó esas informaciones aunque no reveló quién está detrás de los envíos.
Algunas fuerzas extranjeras consideran que el traslado de las grandes batallas del norte de Siria, donde se encuentra la capital económica Alepo, al sur, favorecería al derrocamiento de Al Assad, según ‘The Washington Post’.
“La idea es enviar armas pesadas, aumentar el suministro y asegurarse de que todo llegue a las manos adecuadas”, explica una fuente anónima árabe. “Deraa y Damasco son los frentes claves para la revolución, y Damasco es donde debe acabar”, añade Saleh al-Hamwi, un coordinador de los grupos rebeldes de Hama, una ciudad centro-occidental.
En los últimos meses numerosos informes de la prensa internacional señalaban a Arabia Saudita y Qatar como principales suministradores de las armas extranjeras que llegan a Siria por el territorio turco y supuestamente con el apoyo de EE.UU. Por su parte, Washington y algunos países europeos sostienen que envían a la oposición siria solo equipamiento no militar o ayuda humanitaria.
En cualquier caso, una gran parte de las armas extranjeras acaba en manos de los grupos yihadistas, que están más presentes en el norte sirio, sin llegar a las fuerzas opositoras más laicas.
Algunos expertos advierten que el conflicto interno sirio, que empezó en marzo de 2011, se prolonga a causa de ese apoyo extranjero. El número de víctimas mortales de la guerra podría alcanzar ya las 70.000, según los recientes datos de la ONU.