De acuerdo con los especialistas del Departamento de Defensa, el incidente en la base de Maryland (ocurrido el 14 de febrero pero divulgado este lunes) no está relacionado con los fallos descubiertos anteriormente y que han llevado a la suspensión de todos los vuelos de cazas de este tipo.
El Pentágono informó de que para llevar a cabo una inspección ya habían enviado algunas piezas del avión en el que apareció el humo al fabricante Honeywell, una importante empresa estadounidense dedicada a fabricar sistemas electrónicos de control.
La empresa es responsable del sistema de distribución de aire caliente y frío en el fuselaje de los aviones F-35. En este sistema en particular se usan baterías de iones de litio, en las cuales fue detectado un fallo en enero pasado en el avión Boeing-787 Dreamliner. Sin embargo, el Pentágono informó de que la causa del incidente en Maryland no está relacionada con este tipo de baterías.
El viernes pasado el Pentágono suspendió los vuelos de 51 aviones de combate F-35 después de que una inspección revelara una grieta en una turbina ubicada en el motor a reacción de un aparato de este tipo.