Skyler Dozierwalker, de 23 años, y Christopher Browning, de 24, atacaron a la mujer en el centro de Okinawa durante un breve viaje a la cadena de islas.
Dozierwalker declaró ante el tribunal del distrito de Naha que cometió el delito, mientras que Browning también admitió los cargos pero negó haber conspirado con el suboficial de antemano, informó Jiji Press.
En Okinawa residen más de la mitad de los 47.000 militares estadounidenses que se encuentran en servicio en Japón. La violación provocó un escándalo y dio lugar a un toque de queda a todo el personal militar estadounidense en el país.
A pesar del toque de queda, la mala conducta de los militares de EE.UU., muchos de ellos bajo los efectos del alcohol continúa alimentando sentimientos antiestadounidenses en las comunidades cercanas a las bases.
La violación se produjo en medio de las tensiones ya elevadas en Okinawa, que fue escenario de manifestaciones el año pasado contra el despliegue del avión Osprey en la isla. Los activistas locales reclaman que este tipo de aeronave tiene un historial de seguridad muy reprochable.
En 1995, la violación de una niña de 12 años en Okinawa por militares de EE.UU. desató protestas masivas que resultaron en un acuerdo entre EE.UU. y Japón para reducir la enorme presencia militar de EE.UU. en Okinawa.
Washington considera la isla como una base estratégica vital en una región que está cada vez más en alerta por el peligro de la sublevación militar de China.