Víctor Grojovski, jefe de la expedición organizada por la Universidad Federal de los Urales, indicó que hasta el momento es el fragmento más grande encontrado, pero creen que se pueda encontrar uno de mayor tamaño, por lo que las búsquedas aún continúan.
Según recientes cálculos de astrónomos checos, en el mismo lago Chebarkul podría estar alojado un fragmento con un peso de hasta 500 kilogramos y en tierra se pueden encontrar, según sus datos, varios cientos de kilos de material cósmico.
Por su parte, el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Patrushev, lamenta que ninguno de los sistemas de observaciones espaciales del mundo pudo advertir con anticipación que ingresaría un meteorito en la Tierra y que "nadie puede garantizar que la próxima vez no caerá un cuerpo más grande". Por este motivo, Patrushev insta a crear sistemas de vigilancia para evitar amenazas desde el espacio.
Como consecuencia de la onda expansiva que provocó el meteorito el pasado 15 de febrero se rompieron parcialmente los vidrios de miles de edificios y quedaron 1.240 personas heridas.