La mujer de 38 años que reside en la capital de Indonesia, Yakarta, comentó a la Policía que su hijo tenía un pene pequeño antes de ser sometido a la circuncisión. Sin embargo, la mujer dijo que había notado que el órgano genital de su hijo se redujo aún más tras la operación.
La mujer dijo a la Policía que ella mató a su hijo porque si no lo hacía el niño habría tenido un futuro sombrío por el tamaño de su pene. Para evitarlo ahogó a su hijo con sus propias manos en una bañera llena de agua. Luego le puso un traje, lo acostó en la cama y se dirigió a una oficina policial cercana para denunciar su crimen.
Los policiales que investigan el caso insisten en que la indonesia era plenamente consciente de sus actos, pero se decidió a semeterla a un examen psicológico para determinar su estado mental.
A principios de enero, la madre de origen indio que golpeó hasta la muerte a su hijo de 7 años por no memorizar los versos del Corán ha sido condenada por la justicia británica a cadena perpetua.