La Ruina provocó graves enfrentamientos en Jerusalén

Seis personas resultaron heridas el martes 16 de marzo durante enfrentamientos entre policías israelíes y manifestantes árabes en Jerusalén Este. Estos empezaron por la mañana y llegaron, para el mediodía, a la entrada de Ramala, lugar donde se sitúa la sede del gobierno de la Autonomía Palestina.

Más de doscientas personas participaron en una protesta supuestamente pacífica que tuvo lugar frente a la Puerta de Damasco, en la ciudad vieja de Jerusalén. Exclamaban lemas sobre que no cederán la ciudad, la que debería convertirse en la capital del futuro Estado independiente de los palestinos. Luego de que creciera su número, varias fuentes registraron disturbios dentro de las antiguas murallas en el barrio de Ras El Amud, en el campo de refugiados de Shuafat y en las aldeas vecinas de Isawíe y Abu Dis.

Un nuevo pretexto para los disturbios lo entregó la inauguración de una histórica sinagoga en el barrio judío de la ciudad vieja. Anoche fue inaugurada solemnemente la famosa Ruina recién surgida, por tercera vez en los últimos 250 años, debido a los ataques perpetuos por parte de los árabes y dos destrucciones parciales. Una antigua profecía que está muy en boga entre los grupos fieles judíos, relaciona su tercera inauguración con el período del Tercer Templo cuando se les permita subir otra vez a la Explanada, zona prohibida para ellos desde hace siglos y ocupada hasta el momento por mezquitas.

La policía israelí utilizó granadas de ruido para dispersar a los manifestantes y por el momento controla todos los accesos a la ciudad para impedir que los palestinos de ciudadanía israelí, residentes en Galilea, lleguen a la ciudad para manifestarse junto a los residentes. Más de 3 mil policías israelíes participan en el despliegue de seguridad por las localidades afectadas por los disturbios.

Las manifestaciones empezaron después de que el Gobierno de Israel anunciara sus planes de construir viviendas en este territorio en disputa entre el Estado hebreo y Palestina. La iniciativa también causó un cambio de actitud estadounidense respecto a Israel. El enviado especial de EE. UU. en Oriente Medio aplazó su viaje por el desacuerdo provocado con los nuevos planes de construcción.