El Gobierno de México admite la necesidad de fortalecer su colaboración con su vecino del norte para reforzar la seguridad y acabar con la alarmante situación en Ciudad Juárez, una localidad mexicana fronteriza con EE. UU.
La creciente violencia en la mexicana Ciudad Juárez, en el Estado de Chihuahua, vuelve a llamar la atención tras los recientes asesinatos de diplomáticos estadounidenses. En lo que va de año, más de 200 asesinatos tuvieron lugar en esa localidad, considerada como la más violenta del país.
El presidente de México, Felipe Calderón, visitó la ciudad el 16 de marzo por tercera vez en poco más de un mes para analizar la alarmante situación. Acudió allí con diplomaticos de EE.UU., la canciller mexicana, Patricia Espinosa, y el embajador estadounidense en México, Carlos Pascual. En esta población, visitaron el consulado de Estados Unidos por primera vez después de que tres personas vinculadas con esa oficina, dos de ellas estadounidenses, fueran asesinadas entre otras en el sangriento fin de semana pasado.
El consulado de EE.UU. en Ciudad Juárez amaneció cerrado el pasado 16 de marzo en señal de luto tras el asesinato, lo que generó confusión entre las personas que acudieron al lugar para realizar trámites.
El mandatario mexicano encabezó por tercera vez la reunión de seguimiento de la estrategia bautizada con el eslogan 'Todos somos Juárez, reconstruyamos la Ciudad', un plan que pretende mejorar el tejido social de la violenta urbe y que se puso en marcha tras el asesinato de 15 jóvenes el 31 de enero pasado.
La violencia allí ya ha pasado del ámbito local. Los homicidios, extorsiones y el tráfico de drogas se han vuelto cada día más frecuentes. Según algunos expertos, sin el apoyo decisivo estadounidense, la estrategia de Calderón fracasaría en esta región.
Calderón pidió que el combate del crimen organizado “se asuma plenamente como una responsabilidad compartida entre Estados Unidos y México”, que deberían luchar “como aliados” aunque, matizó, “cada uno en su territorio”.
México y Estados Unidos deben asumir esta estrategia “como una batalla que, en ambos lados de la frontera, estadounidenses y mexicanos tenemos que librar y ganar como aliados, cada cual en su territorio, cada uno en el ámbito de su competencia, pero con una estrecha colaboración en materia de información, inteligencia y políticas públicas”, sostuvo.
Calderón participó primero en el arranque del programa Oportunidades Urbanas, de apoyo a la población más pobre en Juárez, y después analizó la situación en esta comunidad con varios de sus ministros y autoridades de la alcaldía local y del Gobierno estatal de Chihuahua, así como con representantes de grupos sociales.
El Gobierno de EE. UU. canalizará 50 millones de dólares para endurecer la vigilancia fronteriza ante la espiral de violencia en la zona de Ciudad Juárez.
“No sólo tenemos la obligación de resguardar nuestras fronteras, sino también la responsabilidad de hacerlo de la forma más eficaz”, dijo en un comunicado la secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Janet Napolitano.
Mientras, el Gobierno de Texas puso en marcha la primera fase de un plan de contingencia, con un aumento de patrullajes en la zona y recursos adicionales para combatir “cualquier situación potencial” de peligro en la frontera.