El legendario tanque ruso, T-34, no sólo ayudó a acabar con el fascismo, sino que también se convirtió en un "verdadero amigo" para los soldados en los días infernales de la guerra.
Los T-34 formaron parte de las fuerzas armadas rusas hasta los años cincuenta. Actualmente, ya no prestan sus servicios en el parque móvil militar de Rusia. Sin embargo, permanecieron en activo en los ejércitos de casi 40 países hasta finales del siglo pasado.
Según quienes los conducían durante la Segunda Guerra Mundial, estos tanques quedarán en la historia para siempre como un símbolo del triunfo sobre el nazismo. Hoy en día siguen siendo protagonistas de todos los desfiles militares en este país. Sesenta y cinco años después, los rusos vuelven a rendir honores a la máquina que colaboró en la victoria sobre el enemigo.
En una pista en las afueras de Moscú, los conductores de tanques se entrenan diariamente para manejar los legendarios carros de combate por la Plaza Roja el próximo 9 de mayo.
Los pilotos comentan que, a pesar de tener unos 70 años ya, estas máquinas siguen teniendo mucha maniobrabilidad y son muy seguras. Creen que, en algunos aspectos, llevan ventaja sobre muchos otros aparatos 'novatos' de más reciente fabricación y comentan estar muy orgullosos de poder conducirlos por la Plaza Roja durante los actos de celebración del Día de la Victoria.