El cuatrimotor Y-20
de fabricación nacional, que se creó en sólo cinco años, podrá transportar hasta 66 toneladas de carga, incluyendo tanques y vehículos militares, con una autonomía de vuelo de unos 4.500 kilómetros al máximo de carga y un techo máximo de 13.000 metros.
El pasado 26 de enero, China superó con éxito el primer vuelo experimental de la aeronave. "El éxito del vuelo de prueba del Y-20 supone un antes y un después para el sector aeronáutico chino, ya que estamos un paso más cerca de poder construir una fuerza aérea propia para nuestro país", indicó el diseñador jefe del aparato, Tang Changhong, agregando que "el desarrollo de alta tecnología militar está dentro de la política de seguridad y defensa de China, que es de naturaleza puramente defensiva".
Aunque aún se desconoce la fecha fijada para su entrada en servicio, con este avión China espera competir en los próximos años con los únicos tres países que producen hoy en día aparatos similares: EE.UU., Rusia y Ucrania. El Y-20, similar en tamaño al modelo ruso Il-76 y algo menor que el estadounidense C-17 Globemaster de Boeing, será la respuesta aeronáutica china a los C-17 y a los viejos C-130 Hercules, que todavía funcionaban con turbohélices.
El Y-20 reforzará la capacidad de despliegue y transporte de las Fuerzas Aéreas chinas tanto para la defensa como para la respuesta ante catástrofes y el envío de ayuda humanitaria o la evacuación médica.