No todos los días se puede ver a un caballo volando. Sin embargo, en los EE. UU. tuvieron esta oportunidad única el 16 de marzo.
Un equipo de rescate en un helicóptero salvó a un caballo que había quedado atrapado en un banco de arena en el centro del río Gila en el oeste del Estado de Arizona, a unos 23 kilómetros al sudoeste de la ciudad de Phoenix.
El animal cayó en la trampa acuática el 12 de marzo, cuando cuatro jinetes intentaron cruzar Gila y tres de ellos quedaron atrapados por las fuertes corrientes. Los jóvenes fueron rescatados del agua aquel mismo día, mientras que el caballo tuvo menos suerte. Su liberación fue obstaculizada por las intensas corrientes. Pasó en el río cinco días, alimentandóse de los pocos arbustos y árboles presentes en el banco.
Para reunirse con su propietario, el pobre animal tuvo que cruzar unos 0,8 kilómetros por aire. Por más insignificante que sea la distancia, los socorristas optaron por inyectarle un tranquilizante antes de someterle a la prueba del traslado.
El dueño del animal, Vickie Eshenbaugh, junto con algunos voluntarios, recibieron su llegada con verdadero alivio. El propietario comentó que de este modo consiguió cumplir un sueño: “Siempre quise tener a un Pegaso”.
Los gastos del transporte los cubrieron donantes anónimos.