El hecho ocurrió en Castelvittorio, en la frontera de Italia con Francia, en la misa de las diez de la mañana. Pocos minutos después de comenzar la eucaristía, el párroco Andrea Maggio tomó una fotografía de Benedicto XVI que había cerca de un candelabro, la acercó y le prendió fuego, ante la mirada atónita de los presentes.
“Esto fue estupendo”, afirmó el párroco al diario 'La Reppublica', justificando el hecho como una crítica abierta a Benedicto XVI, a quien acusó de haber abandonado al rebaño, "y un pastor -dijo- no abandona a sus ovejas".
Comparó a Benedicto XVI con Francesco Schettino, el capitán del siniestrado buque crucero Costa Concordia acusado de haber abandonado la embarcación encallada antes de que fueran evacuados los pasajeros en enero del 2012.
No obstante su postura apenas encontró apoyo de la parroquia.
"Muchos fieles protestaron y otros salimos desconcertados, ante un hecho que no tiene justificación", comentó el alcalde del pueblo, Gianstefano Orengo, a los medios locales.
"Ha sido un gesto sorprendente, cometido ante una decena de niños. Puede ser que el padre Andrea esté atravesando un momento delicado desde el punto de vista psicológico, pero, de todas maneras, es un gesto muy grave", afirmó Orengo, quien prometió dar cuenta a las autoridades eclesiásticas del incidente.